martes, 21 de abril de 2009

Se mueren los poetas
con la sonrisa azul
y una glicinia en el ojal,
como sugieren los espejos.

Se van embistiendo a la luna,
en un ocaso sin rocío;
con el fulgor nostálgico
de aquel beso que no fue.

Se van desnudos,
agitando sus alas,
lamiendo con furia el amor
y las entrañas rotas.

Se llevan
el ruido cristalino del fuego entra las sombras
y un destello de luz
que deje a oscuras su alma.

Se mueren los poetas que no quisieron
saber cómo se amaba

...... y calla el ruiseñor.

2 comentarios:

MR. X dijo...

lea a nicanor parrax favor (s que el viejito vitamina tiene 94 años y contando...)

Rosa dijo...

Muchas gracias MR.X por tu sugerencia. Había leído algún poema de Nicanor Parra, pero he seguido tu consejo y he pasado un rato encantador.
A tu salud, recupero uno de sus poemas en blog.