martes, 9 de abril de 2013

OTRO CUENTO DE LOBOS




Hoy siento la desgana de gritar,
a aquellos que no escuchan,

que no me importa nada de este mundo

decidido a ponerse

de rodillas para otros

y de espaldas al sol.



Hoy siento la desgana de mirarte

desde el lugar donde te nombro,

en el que nace y se disuelve la palabra,

donde buscan los muertos su futuro:

desde abajo.



 Y siento esa desgana de sentir

como sienten a golpes los que callan.



Es la desgana de matarnos tan despacio.

de morir tristemente y sin motivo.



Es...

   lo que nadie cuenta de los lobos.

13 comentarios:

Angeles Fernangómez dijo...

Comiéndose entre ellos

La Solateras dijo...

Gran poema, Rosa.

Es la desgana de matarnos tan despacio.
de morir tristemente y sin motivo.


Estos dos versos me han golpeado en la cara.

Un abrazo fuerte

carmen jiménez dijo...

Pues Rosa, tú nos lo cuentas fantásticamente bien. La pena es que no todo el que tiene orejas, escucha, ni el que tiene ojos, ve,incluso a veces quien tiene voz, calla.
Me sumo a todas tus desganas.
Mis aplauso por este poema.

carmen fabre dijo...

La indiferencia es el abono de la injusticia.

Luchar contra la desgana, contra la indolencia y el conformismo puede que sea la misión más importante que tengamos ahora. Tú ya lo haces con tus palabras que atinan y remueven.

Besos, amiga.

Lola Álvarez Feito dijo...

Siempre nos han contado que "el hombre es lobo para el hombre", pero más feroz es la injusticia, la indiferencia y la desesperanza a la que nos vemos sometidos. Seguiremos intentando gritar nuestras desganas con todas nuestras ganas.
Me ha encantado Rosa.

Nines Díaz Molinero dijo...


Muy bien, Rosa, esa "desgana de gritar", de tu voz, que tanta falta hace (a pesar de los lobos o precisamente por ellos).

Un abrazo muy fuerte.

Mila Aumente dijo...

¡Uy, Rosa, con el miedo que me dan los lobos!

Un poema tan profundo como todos los que escribes.

Besitos.

Laura Olalla dijo...

Explícito y profundo. Una verdad consolidada esta que plasmas del ser humano en una confección de palabras rítmicas, acreedoras de no dejar impasible al lector. ¡Queda tanto por hacer...!Pero es un revulsivo para la sensibilidad del que de veras "escucha", porque oír no es escuchar. Tengamos esperanza en el cambio de esa lucha que imprimes en tus versos, Rosa. Felicidades por tu trabajo.Un beso

Manuel dijo...

Aquí cabría poner el Caín de Luis García:

"Porque antes que lobos, hay hombres para el hombre. Porque Abel es mentira y será más Caín el que golpee primero".

Por cierto, cariño, ¿cuando nos largamos de este montón de basura?

;)

Jesús Arroyo dijo...

Grita, grita, grita.
Yo gritaré en paralelo.
Rotundo.
Si os largáis de esta basura... faltarán voces para su denuncia.
Besos.

Maria Sangüesa dijo...

Tiempo de lobos, lo peor es que nos devoran la esperanza. Un poema que golpea y que denuncia lo que nos está tocando vivir. Un poema necesario.
Magnífico, querida Rosa. Muchos besos.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Excepto las ganas de comer -privativas de quienes pasan privación y hambre-, se diría que hoy todas las ganas están en manos de unos pocos, precisamente para hacer con el resto lo que les venga en gana. Por derecho, ni a ellos les pertenecen las ganas ni a nosotros la desgana. Y, sin embargo la realidad no es otra: Impera la injusticia, y su emblema imperial sigue siendo el mismo, el águila bicéfala. La cabeza potentada, imposibilitada de mirar por encima del hombro a la realidad pareja, opta por no mirarla, mientras la otra, imposibilitada de toda ruptura, recurre a la indiferencia.
Tu autoretrato en estos versos, Rosa, viene a ser el retrato-robot del común de los mortales, de los que morimos desganados de “morir tristemente y sin motivo”. Aunque con desgana, había en ti una necesidad de distinguir entre resinación e indiferencia que no podías callártela. Y yo he sabido oírla. Gracias a ti, hoy ya puedo leer lo que yo no alcanzaba a expresar con tanta belleza y tanta melancolía.